Empezaron a besarse con desenfreno, le puso una mano en la espalda y la otra detrás de la cabeza, sus labios cobraron vida propia y empezaron a bajar por sus mejillas hacia el cuello, Débora no decía nada, aceptaba todo sin reprochar, sería este el momento de atacar? El vago se animó, y bajo la mano de la cabeza hacia el cuello y bajó hasta el pecho, toco los senos con suavidad, ella se estremeció. La mano que tenía detrás la bajo y la metió debajo la blusa, subió lentamente hasta encontrar el broche del brasier, puedo no? le susurro en el oído. Puedes hacer lo que quieras!!! respondió. Emocionado desabrocho y sintió la calidez que brotaba de sus senos, suaves, tímidos; todo fluía como el cause de un río, a veces lento, tranquilo, calmo y de pronto rápido escabroso y pasional.
El Vago bajo las manos, toco el talle, tenía una cintura finísima, la piel tersa, fresca, cogió el broche del pantalón y ella se incorporo de inmediato como si el broche se hubiera convertido en un timbre que la despertara de la embriaguez de su lujuria.
- No mi amor le dijo, tú sabes como es, solo después de casarnos,
- El Vago replicó: estamos esperando mucho tiempo, dejando de vivir experiencias que después nos vamos a arrepentir, un adelanto pues le sugirió,
- Noooo le respondió. Débora presumía que no había del todo buenas intenciones y que sólo quería estar con ella para “robarle la flor”.
- Mi amor le dijo, nada mas lejos de la verdad,
- Entonces porque no formalizamos nuestra relación le preguntó, pide mi mano y hacemos todo lo que quieras.
- Ya aceptó de inmediato, sabiendo que negarse podría ser fatal, pero mis padres viven en Arequipa y van a demorar en venir, mejor lo hacemos ahora y el sábado le digo a mis Padres venga y listo.
- No, no, no, le dijo ella, es un trueque, tu pides la mano, y yo pido permiso para ir a la casa de una amiga y ahí sí todo puede pasar.
Por fin cedía un poco, siguieron besándose y el tocando todo, de la cintura para arriba, por ahora ese era el universo, por ahora. Ya sabes le dijo, te espero en mi casa este sábado a las siete.
Llegó él día, debía pensar en algo, su papá jamás se prestaría para esa joda, pronto serian las siete y el iba a quedar como lo que era, una mierda!!!. Se fue al taller y estaban todos, tomaban la nueva cosecha de pisco Los Catedráticos, al toque se dieron cuenta que tenía un problema, y les contó. Necesito pedir la mano de Debora, y mis viejos no pueden venir, y tu de verdad vas a pedir la mano? Preguntaron. Noooo, dijo primero, después dudó: no se, lo que pasa que en ese momento no me podía negar, hubiese sido peor.
De pronto don Gemán solucionó todo: oye, tú eres huevón le dijo, yo tengo la edad y la talla para ser tu papá, vamos juntos y pedimos la mano de esa chica. Todos empezaron a reír, usted de verdad lo haría le preguntaron, por ustedes me visto de cura y los caso.
Todo se puso peor, no había tiempo para ir hasta la casa de Don Germán, él Vago fue a su casa se puso un terno y trajo uno para él, le quedaba perfecto, incluso los zapatos, de verdad que parecían padre e hijo. Regresaron de inmediato. Faltaba media hora y estaban listos, ¿que hacemos? un trago más carajo, para valor dijo el Vago; todos aceptaron al unísono, después, subieron el carro y salieron hacia la casa de Debora, Balconcillo, en la Victoria.
En el parque el tiempo fue eterno, se sentaron en un banco frente a una pileta, de ahí se veía como jugaban los niños distraídos, acompañados de sus hermanos más grandes, los viejos se habían aglomerado en torno de una partida inacabable de ajedrez, la gente apresurada regresaba sus casas después de trabajar, sintió el sonido de las hojas que secas había caído sobre el pasto, el sonido del agua al caer al piso de la pileta, el trinar de las aves en los árboles despidiéndose, un extraño evento estaba por suceder, anochecía.
Siete en punto dijo don Germán, vamos carajo, para esto fuimos hechos. Todos se quedaron afuera esperando, por si acaso había que rescatarlos, tocaron el timbre y salio El Toro, un magnifico ejemplar Antabambino que su presencia haría palidecer al mismísimo Cassius Clay. Los saludó con un gesto adusto. Usted es el padre pregunto, Don Germán dijo que si, disculpe a mi esposa, continuó, que por trabajo no ha podido venir, pero convengamos que estas son cosas de hombres y los hombres debemos resolverlas, el Toro asintió.
Don Germán se apoderó de la reunión, conocía todo lo que conoció el Toro, sabia de todos los temas que se propuso. De pronto un largo silencio interrumpió la reunión, don Germán les dijo que había viajado desde Arequipa, expresamente para conocer a la novia y formalizar el matrimonio del ultimo de sus hijos, dijo palabras muy bonitas de él: inteligente, responsable, puntual, trabajador, y de noble corazón, el Vago pensó de inmediato que no se referían a él, pero no era momento de distraerse un error y podría acabar en una tragedia. Debía permanecer concentrado.
El toro acepto, dijo que ellos parecían personas transparentes y de buenas intenciones, que nada le haría más orgulloso que tener como parte de su familia a personas tan distinguidas y cultas. Esto hay que celebrarlo dijo de pronto, Salud.
El vago se emocionó, no podía esperar un momento más, ahora sí a cobrar pensó. Le hizo una seña a Débora y ella le correspondió. Papá le dijo vamos a salir al cumpleaños de una amiga y regresamos, el Toro casi sin inmutarse dijo que vayan que eran jóvenes y que se diviertan, eso si, falta poco para el matrimonio y que había que conservar las buenas costumbres, nadie debe robarte la flor. Claro dijo el Vago hemos esperado tanto que da unos días más no hacen la diferencia. Don Germán le dijo vayan no más, yo me quedo conociendo a mi compadre.
Salieron juntos, de la mano, subieron a su auto, y se perdió por la vía expresa rumbo al sur… Noche Buena!!!!
sábado, 5 de junio de 2010
miércoles, 12 de mayo de 2010
"La Pose de la Vaca Tomando Agua"
Antes había contado que los viajes de Los Catedráticos siempre fueron fructíferos, en gallos y en historias… hay una ¡inolvidable!
Huaral difiere mucho de los demás coliseos de gallos, las finales siempre tienen un artista o un show: Los hermanos Castro, Maribel Velarde, Manolo Rojas, siempre hay un espectáculo.
Era el año 2005 y fueron de espectadores a una final en el Graña. El espectáculo: La gran Karen Dejo y el baile del Tamarindo, un video sensual hecho en las Suites de Barranco para una canción de Julio Andrade. La verdad la chata es espectacular, no canta nada, pero baila como una diosa. Además con ese cuerpo, uno para que necesita que cante.
Sigamos. La tarde se desarrollaba con normalidad, como siempre el coliseo lleno, como siempre buenos gallos, como siempre buen ambiente, como siempre Los catedráticos “picados”.
Terminada la primera rueda, salió al ruedo la Gran Karen Dejo, bailaba espectacular, divino, se preguntaban cómo era posible que un ser mortal tuviera esos movimientos de cadera, ese contorneo, arriba!!!!, abajo!!!!, a la derecha!!!!, a la izquierda!!!!!. Espectacular. Definitivamente, no es mortal, es una Diosa.
Después invitó a tres personas al ruedo, escogió al Gallo y a dos personas desconocidas. Fresco, el Gallo bajó sin perturbaciones, la agarró de la cintura la saludó con un beso y se paró donde Karen le indicó. Le hizo varias preguntas a cada uno de los participantes, y empezaron los juegos. El premio una botella de Whisky Etiqueta Negra. El Gallo no tomaba Whisky, pero los otros Catedráticos sí, y era seguro que haría lo imposible por traer tan codiciado trofeo a manos de sus entrañables amigos.
Hicieron dos juegos, la verdad ni me acuerdo, ni quiero recordar, sin embargo después de este tedio había un fabricado triple empate, que debería definirse con un juego final. El ganador se llevaba la botella de Whisky, el aplauso del respetable y un beso de esta diosa de ébano.
El juego se llamaba mi pose favorita. Karen de mala gana ayudó a representar a los dos primeros participantes las formas más excitantes para sus noches de amor. La verdad, estas fueron tan aburridas como sus participaciones anteriores, y nadie se sorprendería si fueran solteros, divorciados, o si las esposas los habían abandonado por idiotas.
Solo quedaba uno, el Gallo. Todos tenían confianza y estaban saboreando ya esa etiqueta negra. Karen le preguntó cómo se llama la pose. Se llama “La Pose de la Vaca Tomando Agua del Río. El coliseo empezó a reír unísono ante tremenda ocurrencia de este citadino. Qué sabía él de vacas y menos como toman agua, y más en el río.
Karen sintió la emoción del público y pícara se dio cuenta que era una oportunidad perfecta para el entretenimiento y la diversión, para el aplauso. De inmediato se prestó para el juego y le dijo: “A ver, ¿me la enseñas?”. “Claro” le dijo el Gallo “cuando quieras!”. “No, enséñame la pose” aclaró, coqueta. El Gallo pidió de inmediato la utilería: Necesitamos: un vaso y un sorbete.
Explicó paso a paso como era el detalle. Las piernas entre abiertas pero firmes, no se mueven, ni se flexionan. El cuerpo hacia delante, las manos hacia adentro apoyadas al piso, el vaso y el sorbete debajo la boca. Cuando yo te avise tomas un sorbo.
Karen presta puso el vaso de agua con el sorbete, midió con minuciosidad de costurera las distancias donde debería ponerse, e hizo una seña de donde debería colocar las manos y las piernas.
Karen estaba lista, el Gallo justo detrás de ella. Tomo aire y puso su mano derecha sobre la espalda y suavemente le bajo el cuerpo hacia delante, ella se dejaba llevar como una pluma, colocó las manos en el suelo con los dedos hacia adentro y el Gallo le pidió que las flexione. Una maravilla, su boca daba exactamente al sorbete. Ella preguntó “y ahora qué hacemos?” Él le dijo: “toma un sorbo de agua”, y acerco su pelvis, rozando suavemente el trasero de Karen. “Si quieres más intenso, un sorbo más largo”. Ella desafiante lo hizo, y el Gallo volvió a pegarse presionando con más intensidad, Karen provocativa tomo un sorbo más largo aún, y el Gallo se quedó pegado ahí, presionando fuerte, pero con la delicadeza que se agarra la mano de un princesa, y así una y otra vez, a veces lento, a veces rápido, el ritmo lo ponía Karen, ella controlaba todo, intensidad y cadencia. Dios mío, el Coliseo estaba en silencio, embelesado, el Gallo no podía controlar la cara de éxtasis, quería que ese momento fuera eterno…
De pronto Karen tomo el vaso se paró y le dijo: “Bien rico, pero se acabó el agua”. El Gallo respondió: “vamos al río mi Amor, ahí te puedo dar todo lo que quieras”.
Espectacular, la botella de Whisky era nuestra y en una desinteresada muestra de amistad y de diversión la diosa subió a la tribuna y compartió con ellos un premio ganado merecidamente con inspiración y por supuesto con mucha transpiración.
"Dedicada al Gallo, esta festejada picardía propia de su astucia"
Huaral difiere mucho de los demás coliseos de gallos, las finales siempre tienen un artista o un show: Los hermanos Castro, Maribel Velarde, Manolo Rojas, siempre hay un espectáculo.
Era el año 2005 y fueron de espectadores a una final en el Graña. El espectáculo: La gran Karen Dejo y el baile del Tamarindo, un video sensual hecho en las Suites de Barranco para una canción de Julio Andrade. La verdad la chata es espectacular, no canta nada, pero baila como una diosa. Además con ese cuerpo, uno para que necesita que cante.
Sigamos. La tarde se desarrollaba con normalidad, como siempre el coliseo lleno, como siempre buenos gallos, como siempre buen ambiente, como siempre Los catedráticos “picados”.
Terminada la primera rueda, salió al ruedo la Gran Karen Dejo, bailaba espectacular, divino, se preguntaban cómo era posible que un ser mortal tuviera esos movimientos de cadera, ese contorneo, arriba!!!!, abajo!!!!, a la derecha!!!!, a la izquierda!!!!!. Espectacular. Definitivamente, no es mortal, es una Diosa.
Después invitó a tres personas al ruedo, escogió al Gallo y a dos personas desconocidas. Fresco, el Gallo bajó sin perturbaciones, la agarró de la cintura la saludó con un beso y se paró donde Karen le indicó. Le hizo varias preguntas a cada uno de los participantes, y empezaron los juegos. El premio una botella de Whisky Etiqueta Negra. El Gallo no tomaba Whisky, pero los otros Catedráticos sí, y era seguro que haría lo imposible por traer tan codiciado trofeo a manos de sus entrañables amigos.
Hicieron dos juegos, la verdad ni me acuerdo, ni quiero recordar, sin embargo después de este tedio había un fabricado triple empate, que debería definirse con un juego final. El ganador se llevaba la botella de Whisky, el aplauso del respetable y un beso de esta diosa de ébano.
El juego se llamaba mi pose favorita. Karen de mala gana ayudó a representar a los dos primeros participantes las formas más excitantes para sus noches de amor. La verdad, estas fueron tan aburridas como sus participaciones anteriores, y nadie se sorprendería si fueran solteros, divorciados, o si las esposas los habían abandonado por idiotas.
Solo quedaba uno, el Gallo. Todos tenían confianza y estaban saboreando ya esa etiqueta negra. Karen le preguntó cómo se llama la pose. Se llama “La Pose de la Vaca Tomando Agua del Río. El coliseo empezó a reír unísono ante tremenda ocurrencia de este citadino. Qué sabía él de vacas y menos como toman agua, y más en el río.
Karen sintió la emoción del público y pícara se dio cuenta que era una oportunidad perfecta para el entretenimiento y la diversión, para el aplauso. De inmediato se prestó para el juego y le dijo: “A ver, ¿me la enseñas?”. “Claro” le dijo el Gallo “cuando quieras!”. “No, enséñame la pose” aclaró, coqueta. El Gallo pidió de inmediato la utilería: Necesitamos: un vaso y un sorbete.
Explicó paso a paso como era el detalle. Las piernas entre abiertas pero firmes, no se mueven, ni se flexionan. El cuerpo hacia delante, las manos hacia adentro apoyadas al piso, el vaso y el sorbete debajo la boca. Cuando yo te avise tomas un sorbo.
Karen presta puso el vaso de agua con el sorbete, midió con minuciosidad de costurera las distancias donde debería ponerse, e hizo una seña de donde debería colocar las manos y las piernas.
Karen estaba lista, el Gallo justo detrás de ella. Tomo aire y puso su mano derecha sobre la espalda y suavemente le bajo el cuerpo hacia delante, ella se dejaba llevar como una pluma, colocó las manos en el suelo con los dedos hacia adentro y el Gallo le pidió que las flexione. Una maravilla, su boca daba exactamente al sorbete. Ella preguntó “y ahora qué hacemos?” Él le dijo: “toma un sorbo de agua”, y acerco su pelvis, rozando suavemente el trasero de Karen. “Si quieres más intenso, un sorbo más largo”. Ella desafiante lo hizo, y el Gallo volvió a pegarse presionando con más intensidad, Karen provocativa tomo un sorbo más largo aún, y el Gallo se quedó pegado ahí, presionando fuerte, pero con la delicadeza que se agarra la mano de un princesa, y así una y otra vez, a veces lento, a veces rápido, el ritmo lo ponía Karen, ella controlaba todo, intensidad y cadencia. Dios mío, el Coliseo estaba en silencio, embelesado, el Gallo no podía controlar la cara de éxtasis, quería que ese momento fuera eterno…
De pronto Karen tomo el vaso se paró y le dijo: “Bien rico, pero se acabó el agua”. El Gallo respondió: “vamos al río mi Amor, ahí te puedo dar todo lo que quieras”.
Espectacular, la botella de Whisky era nuestra y en una desinteresada muestra de amistad y de diversión la diosa subió a la tribuna y compartió con ellos un premio ganado merecidamente con inspiración y por supuesto con mucha transpiración.
"Dedicada al Gallo, esta festejada picardía propia de su astucia"
viernes, 30 de abril de 2010
EL BAILE DE LOS CATEDRATICOS
En la semifinal de Cañete, dieron cátedra en la cancha y en las gradas.
Unos gozan miestras otros trabajan!!!! Así es la vida de los Artistas!!!
Unos gozan miestras otros trabajan!!!! Así es la vida de los Artistas!!!
jueves, 8 de abril de 2010
La Teta de Valeria
Valeria era hermosa. Blanca, de cabello ensortijado castaño rojizo, con un aire escandinavo. Tenía una carita angelical y sonrisa provocadora, una mezcla entre Nataniel Sánchez y la Jibaja. Alta, sus piernas largas y contorneadas sostenían un trasero espectacular. Si algún defecto tenía eran sus senos pequeñitos, parecían dos semillas que valientes se ha abrían paso y emergían entre la piel.
Benavente, soltero, lujurioso y con necesidades urgentes, había fracasado muchas veces en cautivar los encantos de Valeria. Sin embargo un día, solo, en su más miserable orfandad de valores, urdió un plan: si las tetas eran lo único que separaba a Valeria de la perfección entonces Él tenia que ser puente.
Al día siguiente se encontró con ella y encandilado, empezó una vez más a seducirla, pero sentía que no podía cautivarla lo suficiente. Entonces sin más, le dijo que tenía un amigo que era cirujano plástico y que el podía conversar para que ayudaran a sus incipientes pechos explotaran y dieran paso por fin a la figura perfecta que ella merecía.
Valeria incrédula le pidió escuchar la conversación con el doctor. Llamó a Cocoa, que no es doctor ni en medicina del alma, y le preguntó si podía atender a su amiga Valeria. Cocoa con voz de galeno, dijo que sí y tratándose de un amigo del colegio, le hacía un descuento muy bueno.
La alegría de Valeria al escuchar la conversación se apagó, se volvió tristeza, y de la sonrisa pasó a la mueca. “No tengo dinero para pagar una operación” le dijo, Benavente de inmediato replicó: “Bueno somos amigos y no tengo como ayudarte, pero si fuéramos algo más, yo creo que me animo”. Valeria puso reparos, pero al segundo pisco Sour, esos letales de La Calesa, entendió que no solo podía conseguir la figura soñada, sino que era la única forma de salir caminando de esta situación.
Valeria no recordaba más, amaneció en un Hostal de Lince con un terrible dolor de cabeza, pero aliviada de inmediato al ver a Benavente a su lado, pensó cómo no había visto antes con interés a este moderno Casanova, interesado no solo en su belleza interna, sino también en la externa. ¡Las tetas perfectas!, ¡su sueño hecho realidad!
Quedaron verse después para conversar sobre los detalles, pero Benavente la convenció que se mudara a su casa. Allá vivieron cuatro meses, y Benavente seguía aprovechando la desidia, y la más arraigada costumbre limeña: la mecida. Un día, Valeria ya no pudo más, le dijo que si hoy mismo no visitaban al doctor, ella se iba a su casa, no le importaba si era el Dr. Cocoa o el mismísimo doctor Álvarez, muy famoso en ese tiempo por sus intervenciones a veces no muy quirúrgicas.
Fueron al médico, la operación costaba cinco mil soles, solo tenía la mitad así que le dijo al doctor que firmaba una letra que le pagaría en 30 y 60 días, el doctor no aceptó, pero le dijo que ya se le ocurriría una solución.
Programaron la operación, y cumplieron al pie de la letra todas las indicaciones del doctor. Iban camino al consultorio y Valeria venía en el taxi echada en el pecho de Benavente, haciéndole caricias con la mano derecha. Benavente no tuvo el valor de conversar con ella.
Terminó la operación y Benavente fue a preguntar por el resultado, el doctor le respondió que todo había salido bien. “¿De verdad doctor? Gracias!!!” le dijo emocionado. “Entonces, firmo la letra?” preguntó. “No es necesario, ya verás, te dije que lo solucionaría como quedamos”.
A Valeria la pasaron a sala de recuperación, ella sintió que algo estaba mal, había una ligera diferencia entre sus pechos, sin embargo le resto importancia.
Una vez en la habitación, pidió a Benavente que le quitara la venda, él le dijo que no, que mejor esperen al doctor. “No seas tonto replicó, me la quisieron quitar adentro pero le pedí a la enfermera que no, quiero que seas el primero en verlas, quiero compartir este momento tan especial solo contigo, con mi héroe, sin doctores de por medio”.
Benavente se sonrojo. “Mi amor..” le dijo “..no te arroches esto es solo para tí, ven para que empieces a disfrutarlo, primero mirando y cuando diga el doctor, tocando”. Benavente no se pudo resistir, se acercó lentamente, le dijo nuevamente que mejor hablaran con el doctor, pero ella estaba decidida. Le tomó la mano y la puso en su pecho. Benavente sintió un bulto al lado derecho, duro como una naranja, lentamente pasó hacia al lado izquierdo y sintió un vacío. Sintió como el Misti se convertía en el Cañón del Colca. Había una diferencia tan grande, que no entendía como ella no se había dado cuenta.
Valeria se acercó al oído y le dijo: “Quítame la venda”, de inmediato el terror se apoderó de él, y empezó a temblar. Ella despistada lo animó: “no tengas miedo, no es para tanto”. Benavente, soltó la venda, vuelta a vuelta, a punto de terminar, cerró los ojos. De pronto la clínica fue traspasada por un grito de horror, seguido por un llanto desconsolado. Trueno seguido por el diluvio universal. Histérica botó a Benavente de la habitación, y pidió de inmediato la presencia del doctor.
Fue la última vez que vio a Valeria. Ella ni siquiera fue a recoger sus cosas sino que envió a una prima, quien miró a Benavente como se mirara a un mounstro, sin sentimientos. Él, le entregó una nota que decía así.
“Amada Valeria:
No me alcanzó la plata. El doctor me dijo que lo solucionaría y que haría la operación en dos partes, pero no me explicó que primero operaría la teta derecha y después la teta izquierda.
Siempre tuyo.
Benavente.”
Benavente, soltero, lujurioso y con necesidades urgentes, había fracasado muchas veces en cautivar los encantos de Valeria. Sin embargo un día, solo, en su más miserable orfandad de valores, urdió un plan: si las tetas eran lo único que separaba a Valeria de la perfección entonces Él tenia que ser puente.
Al día siguiente se encontró con ella y encandilado, empezó una vez más a seducirla, pero sentía que no podía cautivarla lo suficiente. Entonces sin más, le dijo que tenía un amigo que era cirujano plástico y que el podía conversar para que ayudaran a sus incipientes pechos explotaran y dieran paso por fin a la figura perfecta que ella merecía.
Valeria incrédula le pidió escuchar la conversación con el doctor. Llamó a Cocoa, que no es doctor ni en medicina del alma, y le preguntó si podía atender a su amiga Valeria. Cocoa con voz de galeno, dijo que sí y tratándose de un amigo del colegio, le hacía un descuento muy bueno.
La alegría de Valeria al escuchar la conversación se apagó, se volvió tristeza, y de la sonrisa pasó a la mueca. “No tengo dinero para pagar una operación” le dijo, Benavente de inmediato replicó: “Bueno somos amigos y no tengo como ayudarte, pero si fuéramos algo más, yo creo que me animo”. Valeria puso reparos, pero al segundo pisco Sour, esos letales de La Calesa, entendió que no solo podía conseguir la figura soñada, sino que era la única forma de salir caminando de esta situación.
Valeria no recordaba más, amaneció en un Hostal de Lince con un terrible dolor de cabeza, pero aliviada de inmediato al ver a Benavente a su lado, pensó cómo no había visto antes con interés a este moderno Casanova, interesado no solo en su belleza interna, sino también en la externa. ¡Las tetas perfectas!, ¡su sueño hecho realidad!
Quedaron verse después para conversar sobre los detalles, pero Benavente la convenció que se mudara a su casa. Allá vivieron cuatro meses, y Benavente seguía aprovechando la desidia, y la más arraigada costumbre limeña: la mecida. Un día, Valeria ya no pudo más, le dijo que si hoy mismo no visitaban al doctor, ella se iba a su casa, no le importaba si era el Dr. Cocoa o el mismísimo doctor Álvarez, muy famoso en ese tiempo por sus intervenciones a veces no muy quirúrgicas.
Fueron al médico, la operación costaba cinco mil soles, solo tenía la mitad así que le dijo al doctor que firmaba una letra que le pagaría en 30 y 60 días, el doctor no aceptó, pero le dijo que ya se le ocurriría una solución.
Programaron la operación, y cumplieron al pie de la letra todas las indicaciones del doctor. Iban camino al consultorio y Valeria venía en el taxi echada en el pecho de Benavente, haciéndole caricias con la mano derecha. Benavente no tuvo el valor de conversar con ella.
Terminó la operación y Benavente fue a preguntar por el resultado, el doctor le respondió que todo había salido bien. “¿De verdad doctor? Gracias!!!” le dijo emocionado. “Entonces, firmo la letra?” preguntó. “No es necesario, ya verás, te dije que lo solucionaría como quedamos”.
A Valeria la pasaron a sala de recuperación, ella sintió que algo estaba mal, había una ligera diferencia entre sus pechos, sin embargo le resto importancia.
Una vez en la habitación, pidió a Benavente que le quitara la venda, él le dijo que no, que mejor esperen al doctor. “No seas tonto replicó, me la quisieron quitar adentro pero le pedí a la enfermera que no, quiero que seas el primero en verlas, quiero compartir este momento tan especial solo contigo, con mi héroe, sin doctores de por medio”.
Benavente se sonrojo. “Mi amor..” le dijo “..no te arroches esto es solo para tí, ven para que empieces a disfrutarlo, primero mirando y cuando diga el doctor, tocando”. Benavente no se pudo resistir, se acercó lentamente, le dijo nuevamente que mejor hablaran con el doctor, pero ella estaba decidida. Le tomó la mano y la puso en su pecho. Benavente sintió un bulto al lado derecho, duro como una naranja, lentamente pasó hacia al lado izquierdo y sintió un vacío. Sintió como el Misti se convertía en el Cañón del Colca. Había una diferencia tan grande, que no entendía como ella no se había dado cuenta.
Valeria se acercó al oído y le dijo: “Quítame la venda”, de inmediato el terror se apoderó de él, y empezó a temblar. Ella despistada lo animó: “no tengas miedo, no es para tanto”. Benavente, soltó la venda, vuelta a vuelta, a punto de terminar, cerró los ojos. De pronto la clínica fue traspasada por un grito de horror, seguido por un llanto desconsolado. Trueno seguido por el diluvio universal. Histérica botó a Benavente de la habitación, y pidió de inmediato la presencia del doctor.
Fue la última vez que vio a Valeria. Ella ni siquiera fue a recoger sus cosas sino que envió a una prima, quien miró a Benavente como se mirara a un mounstro, sin sentimientos. Él, le entregó una nota que decía así.
“Amada Valeria:
No me alcanzó la plata. El doctor me dijo que lo solucionaría y que haría la operación en dos partes, pero no me explicó que primero operaría la teta derecha y después la teta izquierda.
Siempre tuyo.
Benavente.”
miércoles, 24 de marzo de 2010
Mamacona, La Puta Final
Recordar la final de mamacona aún provoca dolor, fue increíble la forma como se desarrollaron las cosas; Al terminar, Augusto Gonzales Vigil pidió aplaudir a la mejor jugada del año, ese fue el único consuelo.
Después de la Semifinal, al día siguiente todo empezaba de nuevo, tenían que buscar gallos para la final: había un el gallo de Luchito Torres : “Skynet”, hijo del Computadora con una gallina que don Germán le regaló a Jorgito.
Fueron a Manchay, vieron como estaban los gallos que quedaban, paso un bolo más o menos, el americanito que definió Huaral no pasó bien, pero un gran gallo y tenía que estar, pasó el Doctorcito, que recién había salido de camada, y el Bolo Giro de la Final de Huaral. Los gallos no estaban bien pero no había más, iban más por confianza que por que realmente estuvieran puestos.
Bajaron a Barranco al Galpón de Don Germán, pasaron bien el Carretilla y un pollón Montonero, con esos dos ya casi tenían un plantel de gallos donde escoger.
El día de las peleas salieron a jugar futbol como todos los sábados, se encontraron en el coliseo, al ingresar hicieron todo como la semana anterior, el Vago volvió a ingresar al Galpón a chamanear los gallos, todo estaba bien, calmado pero bien.
Pasaron las tres jugadas anteriores, ganaron su jugada Luis García, Álvaro Añaños, un frente de Huaraz, y el cuarto cupo lo definía la “Cooperativa” de Ica contra a Los Catedráticos.
Le llamaban la “Cooperativa” a un grupo de criadores Iqueños dirigidos por Pipo Robles, e integrados por sus dos hermanos, “Piquero” e “Hilacha”, Vicente Ramírez, Juan Cabrejas, Carlos Aparcana y otros. Entonces, cuando llamaban los gallos decían: por derecha gallos de los señores: Robles, Aparcana, Ramirez y Cabrejas. Como fuera, ellos se habían consolidad en el sur como rivales muy duros, participaban individualmente en los campeonatos de la zona y si alguno de ellos clasificaba, entraban con todo, topaban los mejores gallos y escogían lo mejor para asegurar el campeonato.
Ese día, en la primera pelea Los Catedráticos jugaron el bolo ajiseco que había jugado bien en Sandia contra Añaños, por el otro lado jugaba un gallo de “Piquero” llamado “Ayacuchano”, este gallo había jugado 3 veces en Ayacucho y esta era su cuarta pelea. Era un gallo realmente muy bueno, lo supero en el aire al bolo y de una certera patada lo trajo muerto desde el aire. Este gallo fue vendido como padrillo, pero no aportó nada. En cuanto al bolo, su nombre era “Boludo” pero en la cancha le cambiaron a Vago, pero en realidad peleo como su verdadero nombre.
La jugada estaba 1 a 0. La cosa se ponía seria, no era la mejor manera de empezar, ahora tendrían que remontar. Entonces pusieron el mejor gallo que tenían: Skynet, que ese día fue bautizado como Makelele. Los Iqueños jugaron un gallo del mismísimo Pipo Robles llamado “Campeón”. Este gallo había definido en Ica, Nazca y Ayacucho 5 finales, era un gallo extraordinario. También supera en aire al Skynet, y le pega en la costilla, cuando caen ya pegado de muerte Skynet se le va con todo, lo jala, se sienta y mata al campeón, los gallos salen a morir, el gallo Iqueño estaba muerto ya, y Skynet aun tenía un poquito de vida, sin embargo el Juez en una decisión absurda manda prueba, fue un escándalo, no podía mandar prueba ahí, el gallo estaba muerto y Skynet muriendo. Víbora recoge el gallo y se toca de nervios, no suelta el gallo rápido, el otro careador tampoco y el juez manda empate. Puta Madre!!!!!, con la pelea ganada. El público se fue en contra del Juez, era una decisión que no se podía entender.
Para el desempate jugaron un gallo de don Germán, el pollón Montonero. Los iqueños estaban tocados de nervios, no pensaron que la jugada se les complicaba, habían sacado su mejor gallo para ganar la jugada ya. Especialistas en amarres, ya habían conversado con los otros tres semifinalistas. Si ganaban se amarraban los cuatro y dividían el premio, en cambio con los catedráticos no se sabía, ellos les gusta jugar las finales de frente, y no amarrarse.
Por el otro lado, jugaron un gallo de Cabrejas, la verdad fue superior, pero como siempre a los gallos de don Germán les das una oportunidad y te matan. El gallo iqueño se quedo parado y el montonero le pegó en el pescuezo y lo degolló. Entonces todo era cuestión de tiempo, el pollón aguanto las pruebas que fueron necesarias para que el rival se desmaye y finalmente plante pico. La jugada estaba 1-1.
Ya no había gallos, si ganaban la jugada les tocaba con Huaraz que era reforzado por Gubbins, y tenían el americanito para esa pelea, pues los gallos de Gubbins eran terciados igual que el americanito. Sin embargo no quisieron jugar el “Carretilla” porque era violento pero medio vuelo y los iqueños habían ganado por aire todas las peleas. Que juegue el americanito Carajo, que vamos a guardar si aún no hemos ganado la jugada, dijeron.
El gallo había jugado un mes antes y esta era su cuarta pelea, en todas había superado a su rival cambiando su pleito de acuerdo a su conveniencia, el gallo estaba en el corazón de todos. El rival era más grande pero no era problema, el gallo estaba en pleito. Antes de escribir esta nota he visto el video, soltaron los gallos y se acercaron a menos de dos metros, los dos gallos estaban a tiro y ninguno de los dos se lanzó contra el otro. Más de 12 minutos giraron uno contra el otro, y el juez no podía mandar prueba ni entrar al ruedo porque los gallos estaban a tiro. Años después, Vicente el dueño del gallo les dijo que su gallo era partidor, que él se puso nervioso cuando el gallo cambio su pleito. Pasado los doce minutos el americano se lanza y el gallo lo recibe y por alcance le pega en la costilla, el solamente llego a la pechuga, sin embargo muerto se lanza nuevamente y lo rematan. Las personas que saben de gallos saben lo que esto significa, sinceramente nadie se preocupo en el resultado de la pelea, o del campeonato, todos se abrazaron porque su gallo había muerto.
Al salir al ruedo nuevamente, escucharon cuando por micrófono Augusto pedía un aplauso para la mejor jugada del año. Una jugada sin precedentes donde habían jugado ocho gallos y solamente dos salieron vivos.
Les dije que era triste, pero a veces toca. Para cambiar la melancolía y de acuerdo al tema de moda, La próxima edición “La teta de Valeria”. No se lo pierda.
Después de la Semifinal, al día siguiente todo empezaba de nuevo, tenían que buscar gallos para la final: había un el gallo de Luchito Torres : “Skynet”, hijo del Computadora con una gallina que don Germán le regaló a Jorgito.
Fueron a Manchay, vieron como estaban los gallos que quedaban, paso un bolo más o menos, el americanito que definió Huaral no pasó bien, pero un gran gallo y tenía que estar, pasó el Doctorcito, que recién había salido de camada, y el Bolo Giro de la Final de Huaral. Los gallos no estaban bien pero no había más, iban más por confianza que por que realmente estuvieran puestos.
Bajaron a Barranco al Galpón de Don Germán, pasaron bien el Carretilla y un pollón Montonero, con esos dos ya casi tenían un plantel de gallos donde escoger.
El día de las peleas salieron a jugar futbol como todos los sábados, se encontraron en el coliseo, al ingresar hicieron todo como la semana anterior, el Vago volvió a ingresar al Galpón a chamanear los gallos, todo estaba bien, calmado pero bien.
Pasaron las tres jugadas anteriores, ganaron su jugada Luis García, Álvaro Añaños, un frente de Huaraz, y el cuarto cupo lo definía la “Cooperativa” de Ica contra a Los Catedráticos.
Le llamaban la “Cooperativa” a un grupo de criadores Iqueños dirigidos por Pipo Robles, e integrados por sus dos hermanos, “Piquero” e “Hilacha”, Vicente Ramírez, Juan Cabrejas, Carlos Aparcana y otros. Entonces, cuando llamaban los gallos decían: por derecha gallos de los señores: Robles, Aparcana, Ramirez y Cabrejas. Como fuera, ellos se habían consolidad en el sur como rivales muy duros, participaban individualmente en los campeonatos de la zona y si alguno de ellos clasificaba, entraban con todo, topaban los mejores gallos y escogían lo mejor para asegurar el campeonato.
Ese día, en la primera pelea Los Catedráticos jugaron el bolo ajiseco que había jugado bien en Sandia contra Añaños, por el otro lado jugaba un gallo de “Piquero” llamado “Ayacuchano”, este gallo había jugado 3 veces en Ayacucho y esta era su cuarta pelea. Era un gallo realmente muy bueno, lo supero en el aire al bolo y de una certera patada lo trajo muerto desde el aire. Este gallo fue vendido como padrillo, pero no aportó nada. En cuanto al bolo, su nombre era “Boludo” pero en la cancha le cambiaron a Vago, pero en realidad peleo como su verdadero nombre.
La jugada estaba 1 a 0. La cosa se ponía seria, no era la mejor manera de empezar, ahora tendrían que remontar. Entonces pusieron el mejor gallo que tenían: Skynet, que ese día fue bautizado como Makelele. Los Iqueños jugaron un gallo del mismísimo Pipo Robles llamado “Campeón”. Este gallo había definido en Ica, Nazca y Ayacucho 5 finales, era un gallo extraordinario. También supera en aire al Skynet, y le pega en la costilla, cuando caen ya pegado de muerte Skynet se le va con todo, lo jala, se sienta y mata al campeón, los gallos salen a morir, el gallo Iqueño estaba muerto ya, y Skynet aun tenía un poquito de vida, sin embargo el Juez en una decisión absurda manda prueba, fue un escándalo, no podía mandar prueba ahí, el gallo estaba muerto y Skynet muriendo. Víbora recoge el gallo y se toca de nervios, no suelta el gallo rápido, el otro careador tampoco y el juez manda empate. Puta Madre!!!!!, con la pelea ganada. El público se fue en contra del Juez, era una decisión que no se podía entender.
Para el desempate jugaron un gallo de don Germán, el pollón Montonero. Los iqueños estaban tocados de nervios, no pensaron que la jugada se les complicaba, habían sacado su mejor gallo para ganar la jugada ya. Especialistas en amarres, ya habían conversado con los otros tres semifinalistas. Si ganaban se amarraban los cuatro y dividían el premio, en cambio con los catedráticos no se sabía, ellos les gusta jugar las finales de frente, y no amarrarse.
Por el otro lado, jugaron un gallo de Cabrejas, la verdad fue superior, pero como siempre a los gallos de don Germán les das una oportunidad y te matan. El gallo iqueño se quedo parado y el montonero le pegó en el pescuezo y lo degolló. Entonces todo era cuestión de tiempo, el pollón aguanto las pruebas que fueron necesarias para que el rival se desmaye y finalmente plante pico. La jugada estaba 1-1.
Ya no había gallos, si ganaban la jugada les tocaba con Huaraz que era reforzado por Gubbins, y tenían el americanito para esa pelea, pues los gallos de Gubbins eran terciados igual que el americanito. Sin embargo no quisieron jugar el “Carretilla” porque era violento pero medio vuelo y los iqueños habían ganado por aire todas las peleas. Que juegue el americanito Carajo, que vamos a guardar si aún no hemos ganado la jugada, dijeron.
El gallo había jugado un mes antes y esta era su cuarta pelea, en todas había superado a su rival cambiando su pleito de acuerdo a su conveniencia, el gallo estaba en el corazón de todos. El rival era más grande pero no era problema, el gallo estaba en pleito. Antes de escribir esta nota he visto el video, soltaron los gallos y se acercaron a menos de dos metros, los dos gallos estaban a tiro y ninguno de los dos se lanzó contra el otro. Más de 12 minutos giraron uno contra el otro, y el juez no podía mandar prueba ni entrar al ruedo porque los gallos estaban a tiro. Años después, Vicente el dueño del gallo les dijo que su gallo era partidor, que él se puso nervioso cuando el gallo cambio su pleito. Pasado los doce minutos el americano se lanza y el gallo lo recibe y por alcance le pega en la costilla, el solamente llego a la pechuga, sin embargo muerto se lanza nuevamente y lo rematan. Las personas que saben de gallos saben lo que esto significa, sinceramente nadie se preocupo en el resultado de la pelea, o del campeonato, todos se abrazaron porque su gallo había muerto.
Al salir al ruedo nuevamente, escucharon cuando por micrófono Augusto pedía un aplauso para la mejor jugada del año. Una jugada sin precedentes donde habían jugado ocho gallos y solamente dos salieron vivos.
Les dije que era triste, pero a veces toca. Para cambiar la melancolía y de acuerdo al tema de moda, La próxima edición “La teta de Valeria”. No se lo pierda.
sábado, 16 de enero de 2010
Mamacona, La Semifinal
Mamacona: La Semi final.
Terminado el campeonato de Huaral quedaba una cosa pendiente, los gallos para la semi final de Mamacona. Habían quemado todos sus gallos en Huaral, así que había que tomar decisiones pronto. Comprar no, ni hablar, esa no era una posibilidad, jugarían con lo que les quedaba o con los gallos de sus amigos. Luchito Torres tenía un gallo bueno, hablaron con Don German y el también tenía gallos buenos que recién se estaban poniendo y habría que verlos.
El lunes, al día siguiente de la final de Huaral, se fueron al galpón, a Manchay. Metieron gallo y solamente dos gallos estaban puestos “El Banderita” y “El Quique Cenizo”, los otros estaban heridos, o recién salían de camada y les faltaba. Entonces de Manchay habían dos.
Pasaron por Barranco al galpón de don Germán y escogieron también dos gallos, hermanos de camada, hijos del Shaka Zulu con la gallina Karpov. Estaban los cuatro gallos, sin embargo fueron de todas maneras donde Luchito Torres, allí los esperaba Chichi. El gallo que les comentaron era sensacional, simplemente un gallo sensacional. Pensaron un momento y dijeron que no, ese gallo lo necesitarían en la final, y le dijeron a Chichi su decisión.
Chichi se rió de ellos y les dijo: “¿están locos, o son huevones?, como van a guardar ese gallo, primero jueguen ese gallo y ganen la jugada y después piensen en la final”. Después volvió a la carga, “¿Ustedes saben con quién les toca la jugada?” la verdad ninguno sabía ni se habían preocupado por saberlo, no por sobrados, sino que no había tiempo de pensar en eso, sino de tener a la mano los mejores gallos como les fuera posible. “les toca con el Campeón de Chanchamayo, y le han dado el frente para que lo defienda Rigoberto Wong y Alfredo Price, ellos me han hablado también para que yo les caree los gallos porque están haciendo una selección de sus mejores gallos” dijo Chichi nuevamente y sus palabra duras laceraba los corazones de Los Catedráticos, pero la información era útil. Sin embargo después diría algo que les molestaría “¿ustedes creen que con esos “pajarracos”, les van a poder ganar? Ahora sí que se pasó, ellos con toda educación le dijeron que no llevarían el gallo, reafirmaban su posición inicial de guardarlo para final, porque para ganarle a Wong, Price o cualquiera que se les cruce suficiente eran los “pajarracos”.
Salieron de Surco y se fueron a Ica a darse un baño de multitud, era la final del campeonato de gallos de Guadalupe, en honor al Señor de Luren.
La semifinal se realizó el sábado, jugaron fútbol como cada sábado, Cocoa recogió los gallos de Manchay, el Vago recogió los gallos de Barranco. Llegaron juntos a Mamacona, si bien el camino de Barranco es más cerca, Cocoa había corrido como una bestia, como de costumbre también, para llegar a tiempo.
Ingresaron, al complejo de Mamacona, y se encontraron con Chichi, les presento a don Alfredo Price, ellos lo saludaron sin complejos, y fueron a dejar sus gallos. Una vez que todo estaba listo, llegó El Vago con una copa de pisco, y chamaneo los gallos según la tradición de la semana anterior en Huaral. Todos empezaron a reírse y salieron optimistas a sentarse en el coliseo.
Casi inmediatamente empezaron las peleas, eran ocho jugadas, a ellos les tocaba la séptima, con el campeón de Chanchamayo, camuflados, Wong, Price, y su careador Chichi. La verdad, ninguno se pudo acordar quien ganó las jugadas anteriores, pero llamaron para séptima jugada, era la hora.
Apenas pudieron bajar y cruzar el ruedo para sacar los gallos, se habían tomado seis botellas de pisco, una por jugada diría Benavente muchos años después. Empezarían jugando “El Banderita”, era hijo del media sangre sacado por Quique Fernandez, con una gallina Kin Kong. Le pusieron “Banderita” porque en todos los topes volaba y pega desde arriba, siempre superaba en aire, es decir flameaba como una bandera. Al frente tenía un gallo pata amarilla de Wong, pesaba por lo menos en 4 libras más.
“El Banderita” lo supero en aire, pata y vida, sin embargo el gallo de wong al momento de caer le pega en el mollero y lo dejó cojo, sin pata lo remata. El juez manda prueba, pero el gallo de Wong llegó sin vida a la tabla.
Segunda pelea, dudaban si juga el quique cenizo o el Shaka, sin embargo Cocoa, decidió jugar el Quique cenizo. Ellos iban a sacar su mejor gallo para aguantar, e igualar la jugada uno a uno y definir con cualquier otro gallo. El quique cenizo era muy bueno, pero ellos estaban sacando gallos grandes y era mejor guardar sus gallos más grandes para definir. En efecto, al frente estaba un gallo de Price, chato pero ancho. El quique fue sorprendido pero quita bien, sin embargo no tuvo tiempo para acomodarse y su rival lo embiste con todo, pata y vida, huevera y costilla, le había pegado con tal dureza que lo habían partido, no pudo si quiera llegar a la prueba.
Llegaba la pelea definitoria, ellos sacaron el Zhaka, un gallo grande, grande incluso en el galpón de Don Germán que si cría gallos grandes. Al frente una gallina, no un gallinon, inmensa, el Shaka parecía palidecer ante el tamaño de aquella imagen de Chavela Vargas o siendo más folklórico, Abencia Meza. Sin embargo sintieron confianza, por la calidad de su gallo y fueron para adelante.
El Shaka se puso a distancia, se engolillo, y se lanzo furibundo ante aquella bestia de por lo menos trece libras, para sorpresa de todos la gallina ni se movió, el Shaka le pega en las costilla lo jala y se sienta, una vez más y otra más, sentado, y otra vez más, jalando por las costillas. El juez sentenció y todos saltaron … nadie lo podía creer. Don German emocionado y borracho, ya eran siete botellas, bajo al ruedo jalado por el Gallo y casi se cae, pero se recupero inmediatamente y cruzo hacia los galpones par ver los gallos. Realmente se emocionaron, El Banderita y Shaka jugaron de manera excepcional, ingresaba chichi, y Víbora le dijo, “has visto de lo que son capaces estos pajarracos”
En adelante todo fue una locura ingresaron otros amigos y festejaron, el resto de peleas ya no importaban, eran solamente una anécdota.
La próxima semana, les contare la continuación de esta historia… Mamacona, La Final.
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